Más de un mes y medio ha pasado desde que publiqué la anterior entrada. Tenía pensado escribir la última al llegar de vuelta a España, y hasta ahora no he sabido encontrar el momento. Lo cual me hace pensar varias cosas. En primer lugar, veo la diferencia de ritmos de vida que hay entre Honduras y España. Allí podía encontrar tiempo para muchas cosas, aquí durante estos últimos dos meses no he parado ni un momento: Galicia, Palencia, vuelta al trabajo, vuelta a Galicia, posgrado, etc.
Por otro lado hace poco vi las debastadoras imágenes de una lluvia tropical que dejó a muhcas familias sin hogar en Sabanagrande (ciudad en la que estuve durante el pasado mes de julio). Por lo que linco el video que han hecho Santi y Sergio para que os podáis hacer una idea (http://www.youtube.com/watch?v=XF447cY6Ii4).
Echo de menos Honduras, la Honduras profunda que conocí durante apenas un mes. Echo de menos sus gentes, su hospitalidad, su tranquilidad, su felicidad, su alegría y su buen humor, su ambición de ser y de amar, y su indiferencia ante las cosas materiales o el materialismo más bien. Echo de menos a los amigos que allí hice, y a los alumnos a los que enseñé, que sin lugar a dudas puedo afirmar, consciente de que no es meramente una frase bonita: ellos me enseñaron muchísimo más a mí.
Por último, haciendo balance de las cosas que he vivido, me alegro muchísimo de haber tenido la oportunidad de hacer este viaje y se lo recomiendo a todo el que quiera ir a echar una mano; que sepa y no tenga ninguna duda al respecto, aprenderá y recibirá mucho más de lo que dé. Yo sólo espero tener la oportunidad de repetirlo el verano que viene, eso sí: intentaré ir los dos meses.
Gracias a todos los que me habéis seguido y comentado en este blog, ha sido una experiencia muy bonita...
